TERCERO DE PRIMARIA.
Los niños y niñas de Tercero de Primaria valoramos mucho la amistad y sabemos que a veces es difícil hacer amigos. Entre todos hemos escrito un cuento en el que un duendecillo simpático y travieso ayuda a nuestro amigo Mateo a vencer su timidez y a hacer amigos. Os dejamos aquí el cuento para que lo leáis. Hemos disfrutado mucho escribiéndolo entre todos. Cada uno de nosotros ha escrito un capítulo y entre todos hemos construido una bonita historia.
¡Disfrutadla!
MATEO Y EL DUENDE DE
LA AMISTAD
Capítulo 1. Escrito por Pablo.
Érase una vez un niño muy tímido que se llamaba Mateo. Como
era tan tímido le costaba mucho hacer amigos. En el colegio los profesores y
los compañeros intentaban ayudarle, pero él no se dejaba. Sus padres estaban
muy preocupados por esta situación.
A Mateo le gustaba mucho leer y escribir cuentos de
fantasía. Se pasaba horas y horas entre los libros.
Un día que su madre salió a la compra, vio un cartel en el
que se anunciaba un concurso de cuentos para todas las edades. Pensó que sería
buena idea que Mateo se presentase al concurso. Mateo no estaba muy convencido,
pero al final se decidió.
Pasó días escribiendo el cuento. Cuando terminó sus padres
querían escuchar el cuento que Mateo había escrito.
En el cuento, Mateo contaba la historia de un niño tímido
que no tenía amigos y gracias a un duende de la amistad llamado Igor, que fue
quien le ayudó, consiguió superar su problema.
A sus padres les encantó. Mateo dejó el cuento sobre su
mesita de noche, leyó un rato como era de costumbre y se quedó dormido.
A media noche un resplandor de luz despertó a Mateo. Era
Igor, el duende de la amistad que él describía en su cuento.
¿Sería capaz de ayudar a Mateo para hacer amigos?
Capítulo 2. Escrito por Marco.
Igor era un duende muy bueno y un poco regordete. Le gustaba mucho gastar bromas. Era tan pequeño que podía caber en un bolsillo y de un brinco se metió en el bolsillo del pijama de Mateo. El niño se quedó paralizado unos segundos, no sabía bien si estaba despierto o dormido. Igor le saludó animadamente y como vio que el chico estaba un poco asustado, enseguida le dijo que había venido a ayudarle a hacer amigos.
Mateo, que era muy cabezota, le dijo que estaba bien así y
enfurruñado, le dijo que saliera de su bolsillo. En el fondo de su corazón
siempre quiso tener un amigo, pero era demasiado orgullosos para que lo
reconociera.
Mateo les fue a contar lo ocurrido a sus padres, pero ellos
no le creyeron y le mandaron a la cama y que se pusiera a dormir, que al día
siguiente tenía que ir a clase.
Al volver a su cuarto vio a Igor metido en su mochila del
colegio y le dijo que a la mañana siguiente le iba a acompañar a clase. Mateo
no estaba muy convencido con la idea, pero al final aceptó. Pensó que podría
ser divertido y que no estaría tan solo como de costumbre.
Finalmente se durmieron hasta que su madre le despertó por
la mañana. Fue a la cocina a desayunar y se metió a Igor en el bolsillo y no
hizo ningún comentario a sus padres sobre él. ¡No quería que pensasen que
estaba loco! De pronto se dio cuenta de que el duende estaba en la mesa, a
punto de saltar dentro de la taza de café con leche de su padre. Se dio cuenta
de que ni su padre ni su madre podían ver a Igor…¡qué cosa tan extraña!
Mateo se lanzó a coger a Igor antes de que su padre se
llevara la taza a la boca. Entonces le tiró todo el café por encima y se llevó
una buena regañina. Mateo se metió a Igor en la mochila y salieron pitando
hacia el colegio antes de que la liara más.
¿Qué pasará en el colegio?
Capítulo 3. Escrito por Lucía.
De camino al colegio, Igor no hacía más que salir y entrar
de la mochila por un agujerito que Mateo dejó para que respirara. El duende no
paraba y Mateo se estaba poniendo muy nervioso pensando que alguien le podía
ver. Llegaron al colegio y Mateo le pidió a Igor que por favor se estuviera
quieto. El pequeño duende no podía quedarse quieto, pensaba en qué hacer para
ayudar a Mateo. Tocó el timbre y entraron en clase. Mateo se sentó en su sitio.
Pensaba que no había sido buena idea traer a Igor al colegio. Su cabeza le
decía que alguna iba a liar, pero ya no había remedio.
El profesor de Mates entró en el aula y como todos los días,
dio los buenos días. Los alumnos contestaron e Igor saltó de la mochila y
empezó a saltar de mochila en mochila con la intención de averiguar cuál sería
el mejor amigo de Mateo. No podía fallar, todo tenía que salir bien. Si elegía
a la persona equivocada, no solo Mateo no querría tener amigos, sino que no los
querría tener nunca más.
Por otro lado, Mateo era un manojo de nervios. Estaba
colorado, tenía calor, su mente sólo decía: “me van a pillar”, una y otra vez.
Solo esperaba que tocara el timbre para irse a casa y decirle a Igor que tenía
que portarse mejor y no ser tan travieso.
Capítulo 4. Escrito por Nerea.
En casa, Mateo, en su habitación estuvo hablando con Igor.
Estaban hablando de cuando estuvieron en el colegio porque Igor la estaba
liando.
Por la noche, Igor se metió en el bolsillo de Mateo.
Al día siguiente, Mateo, después
de salir del colegio, estaba muy nervioso porque ya era el día del concurso del
mejor cuento. Cuando Mateo llegó a casa, su madre le llevó al concurso y Mateo
ganó el premio que era un trofeo de oro con un libro. ¡Era fantástico! Mateo se
lo contó todo a su padre y también le enseñó el trofeo.
Mateo estaba muy contento por
haber ganado el concurso y sus padres se sentían muy orgullosos de él. Todos
fueron a cenar en un bar que Igor la iba a liar, así que no lo llevó.
Cuando Mateo y sus padres
volvieron a casa, Mateo vio que todo estaba en orden y que Igor no la había
liado parda. Mateo fue a su habitación y estaba descolocada. ¡Fue Igor quien la
descolocó!
Mateo deseaba que fuese mañana ya
porque había vacaciones. Lo estaba deseando.
¿Mateo va a llevar a Igor de
vacaciones?
Igor estaba liándola en el coche.
Pero como estaba haciendo el tonto, el coche frenó e Igor se cayó, así que
Mateo lo cogió y le miró todo el cuerpo. La herida la tenía en la rodilla.
Mateo cogió un papel y lo cortó en un pedazo pequeño para ponérselo a Igor en
la herida. Le calmó un poco. Igor dejó de hacer tonterías. Cuando llegaron al
destino, Igor fue a la puerta. Sus padres la abrieron. Igor exploró la casa
rápidamente.
¿Qué hará Igor después?
Capítulo 6. Escrito por Silvia.
Como llegaron de noche, Mateo
cenó con sus padres y se fue con Igor a su habitación. Cuando entraron, echaron
un vistazo y Mateo dijo que no le gustaba nada lo que veía. Igor intentó
decirle a Mateo lo que tenía de bueno la habitación, pero Mateo no le hizo caso
y se fueron a dormir.
Al día siguiente, después de
desayunar, Igor, Mateo y sus padres, se fueron a la playa. Igor se quería meter
en el agua, pero Mateo no le dejó porque se podía ahogar y además a Mateo no le
gustaba nada el agua, así que se quedó todo el día sentado en la toalla leyendo
un libro, mientras Igor le molestaba para que le hiciera caso. Pero no había
manera.
Igor se enfadó mucho y no volvió
a hablar a Mateo en todo el día. Los dos se fueron a la cama enfadados. Igor no
podía dormirse pensando en cómo ayudar al cabezota de su amigo.
A la mañana siguiente Igor se levantó
muy contento dando saltos de alegría. Mateo no entendía por qué Igor estaba tan
contento.
Igor había descubierto la manera
de que Mateo no fuera tan tímido.
¿Qué se le habría ocurrido a Igor
esta vez?
Capítulo 7. Escrito por Paula.
A Igor se le ocurrió llevarlo a un parque para que hiciera amigos en estas vacaciones. Entonces Igor le dijo que fuera al parque a jugar con él, pero Mateo no quería. Igor le dijo: “Venga, venga. Yo me aburro”. Al final Mateo aceptó, pero solo si jugaban ellos dos y nadie más. Cuando fueron al parque jugaron al escondite, se montaron en los columpios, se tiraron por el tobogán…
Unos niños le preguntaron a Mateo
si quería jugar con ellos. Mateo les dijo que no porque estaba solo con su
amigo Igor, pero Igor les dijo que Mateo estaría encantado de jugar con ellos y
le empujó para que se acercara a ellos. Mateo estaba muy tímido. Los niños le
preguntaron a qué quería jugar. Mateo les dijo que quería jugar al escondite y
así fue cogiendo confianza con ellos poco a poco y se volvió un poco menos
tímido. Luego jugaron a verdad o reto. Mateo no sabía qué era eso y los niños
le explicaron que era un juego que si decías verdad tenías que decir una verdad
y si decías reto, un reto. A Mateo le tocó reto.
¿Qué reto le tocaría a Mateo?
Capítulo 8. Escrito por Ylenia.
El amigo de Mateo se llama Simón.
Su amiga se llama María. A Mateo le gustaba Zoe, pero María pensaba que su
mejor amiga era ella y que podrían ser novios.
Capítulo 9. Escrito por Ángela.
María se puso a pensar que quizás
eran demasiado pequeños para ser novios y le dijo a Mateo que lo mejor era ser
muy buenos amigos y poder jugar todos juntos.
Igor se puso muy contento al oír
esas palabras. Todos decidieron ir a dar un paseo y mientras iban caminando se
encontraron un estanque en el que vieron que había muchos animales: patos,
pájaros, peces, etc.
A Mateo se le ocurrió la idea de
ir a pedirles a sus padres algo de comida para poder dar de comer a esos
animales. Él y sus amigos fueron con la comida y cuando llegaron al estanque
vieron a unos pececitos enganchados en unos plásticos de los que sujetan las
latas de bebidas. Igor estaba muy triste y no sabía qué podía hacer para
solucionarlo, pero todos decidieron ayudar a esos pobres animalitos. Zoe dijo:
“¿Por qué alguien tiraría estas cosas sabiendo que pueden lastimar a los animales?
Capítulo 10. Escrito por Ale.
La siguiente noche convencieron a
sus padres para ir al lago a vigilar y saber quién tiraba la basura. Pero se
quedaron dormidos.
A la noche siguiente, con una
cámara grabaron a un señor que no paraba de tirar bolsas de basura, que no
reciclaba. Entonces fueron a la Guardia Civil para decirles quién estaba
tirando la basura al lago.
Al final el señor se disculpó y
fueron todos a recoger y reciclar toda la basura del lago para que los animales
volvieran a vivir tranquilos en su casa.
Capítulo final. Escrito por Marco.
Al final Igor había conseguido lo
que se había propuesto, que era que Mateo dejara atrás su timidez y que fuera
capaz de hacer amigos por sí mismo.
Comprendió que había llegado la
hora de despedirse de Mateo. Le daba mucha pena porque le había cogido mucho
cariño y se lo habían pasado muy bien juntos. No sabía cómo decírselo al niño
para que no se pusiera triste. Igor pensó que podía irse sin despedirse, pero
se dijo a sí mismo que eso era muy cruel y decidió ir hacia donde él estaba y
entre sollozos le dijo: “Adiós, Mateo”.
Mateo le preguntó a Igor que qué
hacía. Igor le dijo que tenía que irse con otro niño. También le dijo que tenía
una lista de niños y él era el primero. Mateo se quedó petrificado y empezó a
llorar. Mateo no quería que Igor se fuera y empezó a correr lejos de aquel
lugar y se fue a su escondite secreto. Igor le pidió que no llorara, porque
sino se pondría triste él también. Le explicó que no podía quedarse porque él
era un duende de la amistad y su misión era ayudar a todos los niños que se
sintieran solos y no tuvieran amigos.
Mateo finalmente lo entendió y
dejó que se fuera. Eso sí, le hizo prometer que se volverían a ver algún día.
Entre lágrimas le dio un fuerte abrazo y vio como el pequeño duendecillo se
alejaba bajo la luz de la luna.
¡Igor, jamás te olvidaré!, gritó
Mateo.
FIN.
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